martes, 18 de septiembre de 2012

Escuela de Idiomas: El gran enfado

Buenos días.
Esta mañana me he llevado un disgusto (o llamémoslo enfado, más bien) monumental. Y la protagonista ha sido la escuela de idiomas.
¡Lo mejor del caso es que ni siquiera soy alumna de esta institución! Pero, aun así, ese retorcido sistema de matrícula que tienen se las ha arreglado para salpicarme y ponerme de un humor de perros.

los pobres incautos, haciendo cola

Vamos a ponernos en situación. Normalmente, cuando uno se matricula en la universidad, en una academia... ¡donde sea!, siempre existe la posibilidad de que la persona no puede acudir en la fecha señalada a realizar la matrícula. Entonces, lo más normal es autorizar a otra persona para que realice todos los trámites en nombre del futuro alumno. Bien, en la escuela de idiomas, esto es posible... pero sólo para entregar la matrícula, propiamente dicha.

El gran problema está en la adjudicación de plazas. 
Porque, el día y hora que te han asignado para adjudicarte la plaza... ya puedes estar enfermo, sin poder levantarte de la cama, trabajando o en el extranjero de viaje. Porque, si no puedes ir tú, ya puedes rezar y mandar a un familiar en tu lugar con mil papeles firmados, la fotocopia del DNI... o lo que se te ocurra.
Porque, si no vas tú en persona, la plaza no te la dan. 

Y eso, señores, esta mañana me ha fastidiado excesivamente. Porque, por culpa de esa absurda política de matriculación, se me va a echar a perder (al 50%) una semana que iba a pasar tranquilamente con mi novio (que es el que tiene que hacer la matricula) en Bilbao.

Una semana echada a perder por culpa de media hora de trámites para ir allí, decir "aqui estoy" y que le digan la fecha de la matrícula. Que esto es ya el colmo: ir para que le digan que vuelva otro día. ¡Que para eso, se lo podrían decir por teléfono! Pues nada, por esa pequeñez administrativa, que, para mas Inri ha coincidido justo a mitad de la semana que podíamos pasar juntos (gracias, Murphy), la semana se queda reducida a 3 días. Casi nada, eh?

Para animar el asunto, nos avisan con apenas 3 días de antelación, con los billetes comprados, y sin dejar claro en ninguna parte cuánto hay que pagar, ni dónde. (Y que nadie salga ahora a defender a la escuela de idiomas, que muerdo!)

En fín. Fruto de mi cabreo me he tomado la libertad de escribir una petición en change.org, pidiendo que sea posible realizar el procedimiento de adjudicación de matrículas enviando a un tercero con autorización. Os dejo el link y os invito a firmar, a ver si cambian ya este sistema tan molesto e inoportuno que tienen:

Petición:Autorizar a terceros en el procedimiento de adjudicación de matrículas.



lunes, 17 de septiembre de 2012

Economía de las Vacas


¿Os acordáis de la famosa Economía de las vacas? Es un texto bastante antiguo, en la que se explica la economía de cada país, partiendo del supuesto de que cada ciudadano tiene dos vacas. El original es este:

Socialismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te obliga a darle 1 a tu vecino.
Comunismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te las quita y te da algo de leche.
Fascismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te las quita y te vende algo de leche.
Nazismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te las quita y te dispara en la cabeza.
Burocratismo:
Tú tienes 2 vacas.
El estado te pierde una, ordeña la otra y luego tira la leche al suelo.
Capitalismo tradicional
Tú tienes 2 vacas.
Vendes una y te compras un toro.
Haces más vacas.
Vendes las vacas y ganas dinero.
Capitalismo moderno:
Tú tienes 2 vacas.
Vendes 3 de tus vacas a tu empresa que cotiza en bolsa mediante letras de crédito abiertas por tu cuñado en el banco.
Luego ejecutas un intercambio de participación de deuda con una oferta general asociada con lo que ya tienes las 4 vacas de vuelta, con exención de impuestos por 5 vacas.
La leche que hacen tus 6 vacas es transferida mediante intermediario a una empresa con sede en las Islas Cayman que vuelve a vender los derechos de las 7 vacas a tu compañía.
El informe anual afirma que tú tienes 8 vacas con opción a una más.
Coges tus 9 vacas y las cortas en trocitos. Luego vendes a la gente tus 10 vacas troceadas.
Curiosamente durante todo el proceso nadie parece darse cuenta que, en realidad, tú sólo tienes 2 vacas.
Economía japonesa:
Tú tienes 2 vacas.
Las rediseñas a escala 1:10 y que te produzcan el doble de leche.
Pero no te haces rico.
Luego ruedas todo el proceso en dibujos animados. Los llamas “Vakamon” e incomprensiblemente, te haces millonario.
Economía alemana:
Tú tienes 2 vacas.
Mediante un proceso de reingeniería consigues que vivan 100 años, coman una vez al mes y se ordeñen solas.
Nadie cree que tenga ningún mérito.
Economía rusa:
Tú tienes 2 vacas.
Cuentas y tienes 5 vacas.
Vuelves a contar y te salen 257 vacas.
Vuelves a contar y te salen 3 vacas.
Dejas de contar vacas y abres otra botella de vodka.
Economía china:
Tú tienes 2 vacas.
Tienes a 300 tíos ordeñándolas.
Explicas al mundo tu increíble ratio de productividad lechera.
Disparas a un periodista que se dispone a contar la verdad.
Economía suiza:
Hay 5.000.000.000 de vacas.
Es obvio que tienen dueño pero nadie parece saber quién es.
Economía francesa:
Tú tienes 2 vacas.
Entonces te declaras en huelga, organizas una revuelta violenta, quemas los coches y cortas todas las carreteras del país, porque tú lo que quieres son 3 vacas.
Economía española:
Tú tienes 2 vacas, pero no tienes ni idea de donde están.
Pero como ya es viernes, te bajas a desayunar al bar que tienen el periódico gratis.Si acaso, ya te pondrás a buscarlas el miércoles después del puente.


Pues bien, creo que ya va siendo hora de actualizar un poco el asunto.

Economía española:
Tú tienes dos vacas. El banco especula con ellas como le da la gana, de manera que sólo te queda una vaca. El estado te quita la vaca que te queda para dársela al banco, pobrecito, no vaya a ser.

Variante: economía de Tordesillas:
La vaca que te quedaba la lancean en las fiestas del pueblo.

Economía Alemana:
Tienes tres vacas. Como puedes pasar con dos, le prestas una a tu vecino; eso sí, con la condición de que te dé toda la leche que consiga y además, en unos años, te devuelva la vaca. Ahora tienes dos vacas , la leche de tres, y un vecino esclavizado.